Yasmany Cristobal Mejías Sarduy, artista cubano-argentino nacido en Cuba y próximo a cumplir 35 años este 30 de diciembre, es una voz que lleva consigo la fuerza de sus raíces y la riqueza de los caminos que ha recorrido. Capricornio de carácter firme y soñador incansable, creció entre melodías improvisadas y escenarios modestos que, sin saberlo, marcaron el inicio de su destino musical.

Desde niño estuvo conectado con el canto: su madre lo llevaba al coro de una iglesia y también participó en un coro de teatro, aunque a veces faltaba tanto que la maestra ni lo registraba —recuerdos que hoy cuentan parte de su esencia rebelde, libre y auténtica.

Su historia artística tomó forma con el tiempo. Vivió una etapa importante en Argentina, donde empezó a acercarse seriamente al ambiente musical. Entre productores buenos, otros no tanto, y experiencias que lo formaron, logró grabar varios temas y hasta filmar un videoclip con dos modelos para una canción llamada “Es Una Loba”, un proyecto que quedó como un recuerdo de una etapa intensa y de aprendizaje.

Más tarde, México se convirtió en otra parada decisiva. Allí conoció a dos hermanos influyentes: uno director de una destacada agencia de moda y el otro productor musical. Hubo reuniones, planes y proyectos sobre la mesa, pero nada terminó de concretarse. Aun así, su mentalidad nunca cambió: “yo puedo lograrlo”, se repetía constantemente.

Su mayor impulso llegó cuando decidió mudarse a Estados Unidos. Con una determinación absoluta, comenzó a buscar contactos y oportunidades hasta encontrarse con B4DN, el equipo que hoy impulsa su carrera. Con ellos encontró finalmente la visión, la química musical y el respaldo que necesitaba para llevar su talento al nivel profesional que siempre soñó.

Junto a B4DN ha creado varios temas y aún tienen un arsenal de música lista para producir y llevar al máximo. Entre sus lanzamientos más recientes está “Tú Me Llevas”, una propuesta fresca que marca un antes y un después en su carrera, y que abre camino para lo que viene: “Frenezy”, su próximo estreno, una bomba musical que promete elevarlo aún más.

Hoy, Yasmany avanza firme con la mirada en lo más alto, pero con el corazón puesto en un sueño pendiente: volver algún día a Cuba y sentir nuevamente la tierra que lo vio nacer. Porque, aunque el camino lo llevó lejos, sus raíces siempre han sido la brújula que guía su música.